La finca está situada en el bosque de Las Briestas y es un auténtico paraíso natural. Aparte del piar y el canto de los pájaros y, de vez en cuando, el susurro del viento en los árboles, aquí no se oye nada - excepto quizá una vez cada pocos días un todoterreno envejecido que lleva a un viticultor a su bodega. Con un tamaño de unas 5,1 hectáreas, ya pertenece a las fincas realmente grandes de La Palma, de modo que nada cambiará nunca respecto a la solitaria ubicación, porque el terreno alrededor de los futuros edificios sería suyo hasta donde alcanza la vista.

La urbanización consiste actualmente en un pequeño conjunto de fincas agrícolas típicas canarias, que podrán ser reconstruidas tal y como eran antes. Constan de cuatro edificios inmediatamente adyacentes, uno de ellos de dos plantas. Existe un permiso de construcción para la reconstrucción y está incluido en el precio de compra. La reconstrucción puede crear hasta 166,8 m² de superficie bruta, con una superficie útil total de 107,20 m². En las fotos del final encontrará una representación de las vistas de la fachada del proyecto de construcción, tal y como podría ser su refugio algún día.

La parcela es en su mayor parte boscosa, del total de 51.057 m² unos 20.000 m² pueden ser utilizados para fines agrícolas, 5.273 m² son zona de asentamiento agrícola, (en la que, sin embargo, no hay actualmente ningún permiso de construcción) y unos 25.000 m² están bajo conservación de la naturaleza.

Ya existe una conexión eléctrica subterránea, así como un depósito de agua y una pequeña sala técnica. En el precio de compra se incluye un derecho de agua que da derecho al propietario a extraer agua según el consumo a través de un contador de agua instalado en la casa principal en condiciones muy favorables. El acceso se realiza a través de un camino lateral bien asfaltado y poco transitado, otro en pendiente parcialmente hormigonado y un camino forestal, también transitable en coche, es totalmente público.

Aunque la finca está a bastante altura, lo que es especialmente interesante para observar el centelleo de las estrellas, a menudo hace frío en invierno, de vez en cuando pueden producirse heladas nocturnas de un solo dígito, pero muy a menudo se está por encima de los vientos alisios, por lo que se puede mirar a las nubes desde arriba, como en un avión, y disfrutar del cielo azul acero, mientras que en otros lugares llueve o hay niebla.

El proyecto ideal para quienes imaginan una vida en una naturaleza casi intacta y les gusta arremangarse.