Tengo que admitirlo: para mí fue amor a primera vista. Incluso como conocedor profundo de La Palma, no me hubiera imaginado, tan cerca de la capital, encontrarme con una propiedad tan maravillosa y totalmente aislada. El terreno de aprox. 60.000 m² cubre la privacidad y aísla por todos los lados, y las maravillosas vistas hacia todos los lados: sobre el Atlántico, hasta los estribos de Santa Cruz, los barcos desde lejos entrando en el muelle, los barrancos, montañas y bosques en el paisaje subtropical natural único de nuestra isla.
A través de una calle privada, perfectamente transitable de aprox. 600metros, bosque propio y un parque vallado se accede al corazón de la finca: una casa histórica, que durante aprox. 30 años de duro trabajo fue saneada, restaurada y ampliada por el propietario con mucho cariño y dedicación. Hoy ofrece un refugio inundado de luz y de sol para amantes del estilo, con una construcción antigua y detalles de la arquitectura autóctona. A la luz se le dio mucha importancia en esta finca: cuando el sol cae ininterrumpidamente en la azotea, la construcción semejante a una tienda al estilo Beduino ofrece protección. Dos alturas más abajo, en la terraza de sol al sur, se filtra a través de las hojas de palmera. A través de una escalera señorial de piedra natural tallada a mano se accede a la logia (recibidor/terraza cubierta). Con unos 5 metros de altura, entramado de techo de madera masiva, que se asemeja al estilo clásico canario pero no lo imita, el cristal convierte esta habitación en un templo de luz. Aquí encontrará a cualquier hora del día una luz agradable para los ojos y sin sombras. Sin duda un lugar ideal para trabajos de arte, leer o simplemente relajarse. Casi sin darse cuenta, la logia de aprox. 30 m² da a la sala de estar, también de cinco metros de altura; hacia el sur y el oeste casi completamente de cristal pero hacia arriba protegido por madera masiva y cobre, esta habitación ofrece en los días más cálidos mucha luz y un fresco agradable. Axisimétrico está estructurado por una chimenea muy grande y un candelabro con un juego de luces increíble, contigua encontramos la cocina, en su estilo antiguo original canario mantenido, con un tejado clásico de cuatro aguas.
Quien desee retirarse para leer o para ver la televisión accede a través de la cocina a una sala de chimenea, que se ubicó en esta sala de estilo clásico canario con entramado de techo típico de madera de tea.
Desde la logia también se accede dos de los cuatro dormitorios, que se encuentran en la plana principal, y los suelos son de terracota lijada a mano traída desde Italia y transmiten ese estilo mediterráneo. Los techos históricos fueron desmontados con cuidado, restaurados, elevados y colocados otra vez, de forma que incluso para los europeos del norte se obtuvo una altura agradable, sin modificar al carácter de la casa.
En la planta alta se encuentran otros dos dormitorios, cuyas ventanas a nivel de suelo ofrecen maravillosas vistas al parque y al Atlántico. Los aquí típicos, aireados armarios empotrados se incorporaron de forma simétrica al lado de los cabeceros de la cama, suelos de madera natural le dan a la habitación un clima cálido y acogedor.
Quien nada más despertarse quiera saludar al sol mañanero sin ser visto, encuentra su camino a través de una escalera hacia la azotea.
Dos cuartos de baño con luz natural y ducha, unas pequeñas escaleras y una despensa completan las habitaciones de la casa principal.
Un camino de piedra natural y a la sombra de plantas nos lleva a una casita invernadero clásica desde hace cientos de años, de aprox. 50 m², que es perfecto para trabajos artísticos y plantas tropicales, aunque también perfectamente aprovechable como habitación poco habitual.
Detrás de la casa principal y al lado del invernadero encontramos una gran piscina natural, que a su vez sirve como reserva de agua para el parque y con abastecimiento día y noche de agua fresca de manantial. Aquí puede nadar en longitud y disfrutar el sol sin ser visto.
El parque de aprox. 20.000 m² está completamente vallado y protegido y alberga un biotopo de gran variedad de hasta 100 años de edad de palmeras de dátiles, aguacateros y naranjeras con certificado ecológico, diversos árboles ornamentales y frutales subtropicales, lavanda y especias, helechos y especias silvestres, además de pequeños rincones donde sentarse a la sombra, con ventana climática, muebles de piedra y está provisto con un sistema de riego automático. Otros 40.000 m² de bosque y terreno sin trabajar protegen de vecinos no deseados.
Al borde sur del parque se encuentra una ruina bajo un pino canario enorme. Ésta se podría reconstruir y alberga otro potencial de desarrollo para la propiedad. También encontramos otra ruina al lado de la casa principal que estaría a disposición para más ampliaciones.
En los 2/3 de la parte superior del terreno se podrían construir más edificaciones de uso turístico.
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